miércoles, 3 de junio de 2009

Capitalismo... ¿in-humano?

"De esta crisis surgirá un capitalismo mucho más humano", asegura el economista y diplomático brasileño Rubens Ricupero, Presidente de la fundación Armando Alvarez Penteado y Director del Centro de Estudios Económicos Fernand Braudelen, en una entrevista que, con la firma de Laura Di Marco, publica hoy el diario La Nacion.

Como predicción, es un buen slogan y podría representar la suma de nuestras aspiraciones... Pero, en realidad, sólo parece poner en evidencia los anacrónicos prejuicios que nos dominan, nos cohartan y nos mantienen engrilletados, girando en falso con la rueda de la evolución, tropezando sobre nosotros mismos.

El capitalismo no tiene más remedio que ser humano en tanto fue pensado, creado, y es puesto en marcha y practicado cotidianamente por humanos. No es una entidad en sí mismo y no existe sin nosotros.

En todo caso, la oportunidad que esta crisis nos brinda es la de crear un nuevo modelo de desarrollo humano en el que el capitalismo esté enmarcado en valores (no comercializables). Parece más apropiado llamarle capitalismo ético. Porque, reconozcámoslo, lo que nos condujo a esta crisis no fue el capitalismo en sí mismo, sino la falta de escrúpulos y el salvajismo con el que se lo disparó. En lugar de crear riqueza tangible y distribuible, al son de tambores de guerra y titilantes luces de colores, nuestro planeta fue convertido en un gran casino en el que los jugadores apostaban a pérdida, lo propio y lo ajeno. Engañados con el espejismo de una riqueza repetina, celebraron fastuosamente sintiéndose magnates e intentaron practicar la alquimia con sus tarjetas de crédito.

Pgaron la cuenta de VISA con la Mastercard.

La de Mastercard con la American Express.

La de American Express con la Diners... y así fueron pateando sus deudas para adelante, y adelante, y adelante... ¡Lo consiguieron! Nuestros tartaranietos todavía estarán ocupándose de los pagarés que les heredearemos.

Un capitalismo ético estaría concebido sobre principios como:

  1. Inclusión: el rol del sector productivo es crear valor económico, si al hacerlo empobrece a los vecinos, en lugar de crear riqueza, estamos construyendo y distribuyendo pobreza y destrucción.
  2. Mirada en el largo plazo: somos responsables por nosotros y, mucho más, por nuestros hijos, nietos, bisnietos, etc.;
  3. Solidaridad: que no es caridad, sino el reconocer al otro como un par, como un igual y aprender que juntos, somos más;
  4. Responsabilidad: porque cada uno tiene un rol irrenunciable en la sociedad y porque cada uno debe hacerse cargo de las consecuencias de sus acciones;
  5. Integridad: porque si nuestros principios éticos sólo son una capa que vestimos durante la bonanza, entonces no tienen valor alguno.
  6. Respeto por la ley; la vigencia del estado de derecho depende de todos y cada uno de nosotros;
  7. ¿Respeto por el medio ambiente: que no significa no tocarlo, sino interactuar con él responsablemente;
  8. Creatividad e innovación; para estar preparados para los desafíos de ahora y del futuro;
  9. Democracia: porque el poder no es el privilegio de unos pocos sino que reside en todos y cada uno de los ciudadanos, absolutamente todos.
  10. Estado de derecho: parafraseando al abogado Oscar Vilhena: no puede haber privilegiados, demonizados ni excluídos.
Y si éstos no alcanzan (parafraseando a Groucho Marx) "hay otros".

Ya se habrán dado cuenta de que no soy economista, con lo cual mi perspectiva sobre el tema puede ser excesivamente simplista. Pero creo que uno de los principales errores que hemos cometido es confundir riqueza con dinero. ¡Y son bien diferentes!!

El dinero en si mismo no representa más riqueza que el valor del papel y las tintas. Si utilizamos la definición popular de Wikipedia, "el dinero es todo medio de intercambio común y generalmente aceptado por una sociedad que es usado para el pago de bienes (mercancías), servicios, y de cualquier tipo de obligaciones (deudas)". La riqueza serían esos bienes y servicios, lo que hoy han dado en llamar, al parecer, la "economía real".

Al igual que me resulta difícil "humanizar" la economía, también me cuesta distinguir entre una economía real y otra que no lo es. La experiencia (y el sentido común) ya debería habernos mostrado que no se puede distribuir riqueza sin antes producirla. Y los billetes sólo tienen un valor tangible atractivo cuando representan esa riqueza creada realmente. De lo contrario son sólo papelitos de colores para jugar a "El Estanciero".

Encuanto a la oportunidad que menciona Rubens Ricupero, parece que tenemos una muy grande y fascinante mordiéndonos la punta de la nariz. Da la impresión de que el principal desafío que tenemos por delante para impulsar este "capitalismo ético", es cómo rompemos con las cadenas ideológicas del pasado, que no sólo están perimidas sino que han demostrado con creces que no aplican al entorno de hoy y mucho menos al del futuro que deberíamos tener en la mira.

¿Y si hiciéramos algo verdaderamente peligroso y, tomando las virtudes de uno y otro sistema (y desechando las fallas), estrenáramos un modelo nuevo, diseñado a la medida del presente y el futuro que queremos construir? ¿Será tan, pero tan difícil?


* Dibujo: La superioridad del capitalismo, por Santiago Jiribilla)

http://proculturas.files.wordpress.com/2008/11/capitalismo2.jpg

lunes, 1 de junio de 2009

El gran golpe

Bancos, petroleras, cementeras, metalúrgicas, distribuidoras de agua, líneas aéreas, tierras fiscales, tierras privadas, ahorros previsionales privados... La lista es larga... ¡muy larga! En los últimos 6 años el matrimonio presidencial (y su más fiel entorno) ha echado mano de fuentes productivas en todo el espectro del mercado. Ya sea a través de la "nacionalización", la "asociación", la expropiación, confiscación... u otros métodos incluso más difíciles de confesar, se han adueñado de de todo un poco.

Por supuesto... ¡siempre en nombre del Estado! Es decir, de nosotros mismos.

Con ínfulas cuasi-monárquicas que ahora parecen haberse auto-promovido a algo border-line con deidades, los actuales habitantes del (supuesto) Olimpo argentino, saben más y saben mejor sobre (están convencidos) absolutamente todo. Y por eso, preocupados por nuestro bienestar y felicidad inmediata y (si pudieran pensar a largo plazo) también por nuestro futuro, están asumiendo las responsabilidades y la tediosa tarea cotidiana de hacerse cargo de las principales fuentes de creación de valor económico y social de nuestra nación. Queremos suponer, para ayudarnos a los argentinos a controlar la que probablemente sea hoy nuestra principal causa de angustia y enfermedad: ¡el stress!

Esta actitud filantrópica del matrimonio que conduce nuestros destinos con mano firme y decidida no debería sorprendernos. No es nueva. Algo bastante parecido hicieron en la lejana y mágica comarca de Santa Cruz durante sus diez años de mandato, lo que le valió al actual Presidente Consorte el mote de El Emperador, otorgado por sus súbditos locales... Obviamente, en señal de eterno agradecimiento.

Justamente, es por ese compromiso y dedicación volcada con ímpetu a cultivar la alegría de los habitantes del suelo argentino, que durante estos pasados 6 años no tuvieron más remedio que dejar plantados a los empresarios en el Foro de Idea que, tradicionalmente, disparaba la agenda política y económica de la nación. Es por eso también que tampoco tuvieron tiempo de advertirles con anterioridad a los empresarios de nuestro país que su presencia en apoyo de las innumerables iniciativas de promoción del consumo, era requerida... Y por eso nadie tuvo la oportunidad de explicarles porqué, en tantas ocasiones, se vieron forzados a encerrarlos en habitaciones oscuras y silenciosas para que... ¡de repente! al abrirse las cortinas, se descubran a sí mismos parados detrás del (o de la) Presidente de la Nación, apoyando en vivo y en directo una conferencia de prensa, justo en el momento en que él o ella anunciaban una importante negociación (obviamente idea del matrimonio y por supuesto aún no conocida por esos empresarios) por la cual ellos mismos aceptaban bajar precios, otorgar créditos adicionales o vaya a saber cuál otra política benefactora y filantrópica...

Durante los pasados 6 años el sector empresario argentino aceptó, con genuflexo silencio, el avasallamiento, ninguneo y la humillación diaria a la que fueron sometidos por el matrimonio Kirchner. Nuestro "líderes" del sector empresario aceptaron sus imposiciones, sus insultos, sus invaciones, sus aprietes, sus amenazas, sus vejaciones... ¡Aceptaron hasta lo inmencionable!

Su silencio fue cómplice.

¿Recién ahora van a levantar la voz?

¡Seis años tardaron las instituciones empresarias y sus socios en darse cuenta de que el matrimonio que actualmente ocupa el despacho presidencial estaba violando todas las normas admitidas y saqueando la nación!!

¿Esos son los líderes que la Argentina necesita para convertirse en una nación que se desarrolla y que nos incluye a todos?

Llegó el momento de que se desatornillen de los sillones y dejen entrar nuevas cabezas, nuevas ideas, tal vez más imbuidas del nuevo paradigma, con valores no-negociables.

¿Te gustaría ser parte de la construcción de esa nación? ¡A mi me encantaría!

Foto trucada: http://sobino.wordpress.com/