lunes, 1 de junio de 2009

El gran golpe

Bancos, petroleras, cementeras, metalúrgicas, distribuidoras de agua, líneas aéreas, tierras fiscales, tierras privadas, ahorros previsionales privados... La lista es larga... ¡muy larga! En los últimos 6 años el matrimonio presidencial (y su más fiel entorno) ha echado mano de fuentes productivas en todo el espectro del mercado. Ya sea a través de la "nacionalización", la "asociación", la expropiación, confiscación... u otros métodos incluso más difíciles de confesar, se han adueñado de de todo un poco.

Por supuesto... ¡siempre en nombre del Estado! Es decir, de nosotros mismos.

Con ínfulas cuasi-monárquicas que ahora parecen haberse auto-promovido a algo border-line con deidades, los actuales habitantes del (supuesto) Olimpo argentino, saben más y saben mejor sobre (están convencidos) absolutamente todo. Y por eso, preocupados por nuestro bienestar y felicidad inmediata y (si pudieran pensar a largo plazo) también por nuestro futuro, están asumiendo las responsabilidades y la tediosa tarea cotidiana de hacerse cargo de las principales fuentes de creación de valor económico y social de nuestra nación. Queremos suponer, para ayudarnos a los argentinos a controlar la que probablemente sea hoy nuestra principal causa de angustia y enfermedad: ¡el stress!

Esta actitud filantrópica del matrimonio que conduce nuestros destinos con mano firme y decidida no debería sorprendernos. No es nueva. Algo bastante parecido hicieron en la lejana y mágica comarca de Santa Cruz durante sus diez años de mandato, lo que le valió al actual Presidente Consorte el mote de El Emperador, otorgado por sus súbditos locales... Obviamente, en señal de eterno agradecimiento.

Justamente, es por ese compromiso y dedicación volcada con ímpetu a cultivar la alegría de los habitantes del suelo argentino, que durante estos pasados 6 años no tuvieron más remedio que dejar plantados a los empresarios en el Foro de Idea que, tradicionalmente, disparaba la agenda política y económica de la nación. Es por eso también que tampoco tuvieron tiempo de advertirles con anterioridad a los empresarios de nuestro país que su presencia en apoyo de las innumerables iniciativas de promoción del consumo, era requerida... Y por eso nadie tuvo la oportunidad de explicarles porqué, en tantas ocasiones, se vieron forzados a encerrarlos en habitaciones oscuras y silenciosas para que... ¡de repente! al abrirse las cortinas, se descubran a sí mismos parados detrás del (o de la) Presidente de la Nación, apoyando en vivo y en directo una conferencia de prensa, justo en el momento en que él o ella anunciaban una importante negociación (obviamente idea del matrimonio y por supuesto aún no conocida por esos empresarios) por la cual ellos mismos aceptaban bajar precios, otorgar créditos adicionales o vaya a saber cuál otra política benefactora y filantrópica...

Durante los pasados 6 años el sector empresario argentino aceptó, con genuflexo silencio, el avasallamiento, ninguneo y la humillación diaria a la que fueron sometidos por el matrimonio Kirchner. Nuestro "líderes" del sector empresario aceptaron sus imposiciones, sus insultos, sus invaciones, sus aprietes, sus amenazas, sus vejaciones... ¡Aceptaron hasta lo inmencionable!

Su silencio fue cómplice.

¿Recién ahora van a levantar la voz?

¡Seis años tardaron las instituciones empresarias y sus socios en darse cuenta de que el matrimonio que actualmente ocupa el despacho presidencial estaba violando todas las normas admitidas y saqueando la nación!!

¿Esos son los líderes que la Argentina necesita para convertirse en una nación que se desarrolla y que nos incluye a todos?

Llegó el momento de que se desatornillen de los sillones y dejen entrar nuevas cabezas, nuevas ideas, tal vez más imbuidas del nuevo paradigma, con valores no-negociables.

¿Te gustaría ser parte de la construcción de esa nación? ¡A mi me encantaría!

Foto trucada: http://sobino.wordpress.com/

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